Agricultura circular: los desechos comomateria prima
CONSTANZA ANGUITA líder del centro de innovación Conectagro
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CONSTANZA ANGUITA
Poco a poco la economía circular está empezando a sonar en el inconsciente colectivo chileno, gracias a emprendimientos que han popularizado este modelo a nivel nacional, como por ejemplo Karin y GreenGlass. Cada día más emprendedores aprovechan los desechos producidos por distintas industrias para convertirlos en su materia prima, lo que en un mundo donde abundan los desechos, vuelve a la economía circular en un sinónimo de oportunidad.
En el sistema agroalimentario chileno, este modelo se está internalizando progresivamente, mientras que en sus diversos subsectores emerge la preocupación por reducir, preservar y reutilizar, cuidando los materiales y el capital natural. Existe una alta conciencia en la escasez de los recursos, especialmente el agua y la superficie cultivable, lo que ha impulsado grandes esfuerzos por minimizar el impacto ambiental de la producción de alimentos y dar una segunda vida a los frutos de dicha actividad productiva. Hay conciencia de que la lógica lineal está obsoleta y eso llena de orgullo porque, una vez más, los agricultores somos pioneros e impulsamos iniciativas que sirven de ejemplo para otras industrias.
Un estudio de la Fundación Ellen MacArthur de Estados Unidos reveló que fomentar este tipo de agricultura permitiría reducir, de aquí a 2050, cerca de 5.600 millones de toneladas de CO2. Casi la mitad de las emisiones proyectadas para este sector, según establece la investigación. Es por ello que la industria tiene un rol clave en aminorar los impactos negativos en todo el mundo y alcanzar esa meta, también considerando que, en 30 años más, la demanda global de alimentos aumentará en alrededor de un 42%.
La agricultura circular no solo presenta un importante impacto económico y ambiental para los agronegocios, sino que también genera valor social y oportunidades para emprender desde afuera del mundo agrícola. Los desechos agrícolas generan materia prima para emprendedores ávidos de oportunidades y de posibles negocios con triple impacto, desde desechos orgánicos como cáscaras de nueces, papas, hollejos de uva, levadura de cerveza, restos de talas y tallos de verduras; hasta aceites de maquinaria, envases plásticos de productos fitosanitarios, mangas de riego y pallets. El agro hoy ofrece materia prima gratuita a nuevos talentos que con visión, convicción y punch emprendedor, quieran desarrollar nuevos productos o servicios con ellos.
Las relaciones son claves en esta conversión de desecho en materia prima. La colaboración está en los cimientos de la economía circular, ya que “una mano lava a la otra” y la empresa que genera desechos puede ser el mejor aliado de quien los transforma. Sin embargo, para ello es necesario generar relaciones y confianzas, donde exista valor y reciprocidad en el negocio por medio de tecnología, logística y trazabilidad. Solo así, la agricultura circular será una realidad y no se quedará solo en un bonito intento.